El gobierno cubano sólo implementa aquellos puntos que le son de conveniencia, omitiendo todo aquello que va en contra a sus intereses
Carta #12 de Alejandro Tur Valladares para la UE.
El siguiente texto de nuestra serie #CartasdeCubaparaUE describe las violaciones a los derechos humanos y la represión contra las libertades individuales y grupales de aquellos no afines con el Partido Comunista de Cuba, y que se viven de manera constante en la isla pese a la firma e implementación provisional del Acuerdo entre Cuba y la UE. El texto finaliza haciendo una serie de recomendaciones en torno a las relaciones de la UE hacia Cuba.
Alejandro Tur Valladares, natural de Cienfuegos, Cuba. Es un periodista independiente y activista político. En 2004 se unió al Movimiento Cristiano Liberación, y posteriormente en 2015 asumió la dirección de la Delegación Provincial de Cienfuegos del Partido Liberal de Cuba. Presidió la Coalición Central Opositora y Agenda Cuba. Así ha sido director de la agencia de prensa Jagua Press, y ha colaborado con distintos medios de comunicación como Radio Martí, y Radio República, entre otros.
Cuba firma pero no cumple acuerdos
Introducción:
El presente trabajo quiere aportar una visión desde la sociedad civil cubana sobre la aplicación provisional del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Cuba firmado en 2016, cómo se ha comportado su observancia de parte de las autoridades e instituciones cubanas y cómo, a nuestro juicio, debería quedar definido en lo adelante el tratamiento que la UE debería dispensar a la República de Cuba (más bien al estamento de poder en Cuba).
Contextualizando:
Como es bien sabido, el acuerdo provisional negociado entre la UE y la isla a partir del año 2014 y firmado durante 2016 puso fin al Acuerdo Común adoptado por la comunidad de naciones del viejo continente, que impedía una relación fluida con las autoridades de la isla a consecuencia del comportamiento antidemocrático y represivo mostrado por estos últimos para con la sociedad.
El giro se produce en medio de un escenario cambiante donde se erigen expectativas de cambio a partir de las negociaciones iniciadas entre la administración de Barack Obama y Raúl Castro. En apariencia todo apuntaba a un deshielo entre los viejos contendientes, lo que motivó en la UE un replanteo de la estrategia a seguir para estimular el tránsito del totalitarismo cubano hacia la composición de un sistema político abierto.
El acuerdo de marras propició un nuevo acercamiento de la comunidad europea con el régimen de Raúl Castro sin que se verificara siquiera la voluntad de cambio de la nomenclatura comunista. Las autoridades del Partido Comunista de Cuba, con décadas de experiencia en los trajines de la política, sacaron cuentas y vieron la conveniencia de firmar el Acuerdo Provisional con la UE; del mismo modo que descubrieron la veta en asumir las dádivas que el gobierno norteamericano les venía ofreciendo, todo en aras de oxigenar sus maltrechas arcas, sin que esto implicara una inversión política riesgosa.
Con el tiempo, se demostró que el criterio defendido por la mayoría de los activistas políticos de oposición en Cuba, que señalaba desconfianza hacia las buenas intenciones del raulismo, era acertado. Dada la experiencia histórica y el carácter profundamente autocrático de los sistemas comunistas, emprender reformas auténticamente democráticas significa poner fin a ese modelo político. La clase gobernante conformada por dirigentes octogenarios no está dispuesta a hacer esto, pues entre otros aspectos significaría compartir el poder que por décadas ha monopolizado y tener que rendir cuentas.
Desde entonces, ha ocurrido lo que se pronosticaba. El gobierno cubano ha firmado cuanto tratado le han puesto en la mesa, sólo que en la praxis ha implementado aquellos puntos que le son de conveniencia, omitiendo olímpicamente aquellos que considera contrarios a sus intereses.
Por ejemplo, el acuerdo provisional con la UE es enfático en pedir a la parte caribeña el respeto a las libertades y derechos humanos de los ciudadanos cubanos; sin embargo, aunque han existido variaciones en la intensidad, la represión contra las libertades individuales o de grupos no afines con el Partido Comunista de Cuba (PCC) ha sido una constante, teniendo un pico por estos días.
¿Cómo ha sido el comportamiento del gobierno cubano tras firmar el acuerdo provisional con la UE?
Ante un escenario diferente, el gobierno cubano apostó a su experiencia represiva adoptando nuevas formas encubridoras. La represión siguió su curso, sólo que ahora lo hace de forma menos visible.
Si bien los encarcelamientos por razones políticas disminuyeron, las detenciones de corta duración a opositores, las golpizas, la obstrucción a la organización, reunión y libre expresión de los grupos prodemocráticos y de prensa fueron en aumento.
Aunque durante la etapa de negociación con la UE y con Estados Unidos se flexibilizaron algunas prácticas (por ejemplo, la posibilidad de que activistas prodemocracia y periodistas independientes pudiesen viajar al exterior para participar en foros o recibir capacitación), durante los dos últimos años se observa un aumento significativo en los esfuerzos del gobierno para limitar esas libertades. Bajo la excusa “legal” que han dado en llamar “Regulado por razones de interés público” se les niega la salida del país a individuos incómodos para el gobierno, más de centenar y medio contabilizan organizaciones de derechos humanos de la isla. Durante la semana que redacto este informe, he conocido de al menos seis casos que han sido víctimas de esta práctica, entre los que se encuentran los periodistas Manuel Alejandro León Vázquez, Luz Escobar, Adrián del Sol y Leandro Rodríguez.
Las golpizas a las Damas de Blanco se siguen sucediendo semana tras semana. Se impide la experiencia religiosa a grupos que el gobierno no controla, llegando a la expulsión de lugares de culto a líderes religiosos. Recientemente se conoció del encarcelamiento de un matrimonio de pastores cubanos evangélicos (Ayda Expósito y Ramón Rigal) por querer dar una educación personalizada en casa a sus hijos.
La prensa independiente es perseguida. Los periodistas son citados con frecuencia a comisarías para ser amenazados. Los medios de trabajo son decomisados e incluso padecen el robo de sus propiedades. Contra estos, pesan el descrédito promovido por la policía política, el chantaje e incluso el encarcelamiento como sucedió hace apenas unos días con el destacado periodista Roberto de Jesús Quiñones.
Ahora que en Cuba comienza a permitirse la participación ciudadana en el mundo virtual de la web, las autoridades han hecho de este universo un nuevo campo de batalla. Es común la clonación de perfiles para desde la credibilidad del titular atacar a los compañeros. El robo de identidades se usa para confundir, dividir, asesinar moralmente a terceros, esto sin que la víctima tenga a dónde acudir para denunciar.
A principio de año, se dio por aprobada la reforma constitucional. Lejos de conceder nuevas libertades, lo que hizo fue parchar algunas hendiduras que tenía, para blindar su naturaleza antidemocrática y reforzar el poder omnipresente del PCC.
En la esfera internacional debemos recordar la incautación de armas y piezas de repuesto efectuadas en el Canal de Panamá a un navío procedente de Cuba con destino a Corea del Norte, país que tiene un embargo y padeces sanciones de la UE. Este hecho viola en sí mismo algunos de los capítulos que contempla el acuerdo provisional.
Otro hecho a resaltar es el apoyo decidido y criminal que el gobierno cubano se encuentra ofreciendo a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela. Instructores militares cubanos enseñan a sus pares suramericanos novedosas técnicas de control social pasando por la tortura y la desaparición forzosa de opositores, extendiendo su opresión a este país vecino.
Aunque existen decenas de prácticas de igual naturaleza opresiva, por razones de espacio no la vamos a mostrar. Sólo quería dejar constancia de que lo aquí enunciado es tan sólo la punta del iceberg.
Recomendaciones
La historia demuestra que las dictaduras de corte comunistas asumen los diálogos como estrategia para oxigenar su herrumbrosa estructura. Las únicas veces que se les ha visto ceder ha sido bajo severas presiones externas. De ahí que nos atrevemos a recomendar los siguientes puntos.
- Que la UE establezca una comisión especial que redacte un informe donde quede plasmado si ha existido avance o no en la consecución de los objetivos propuestos.
- Condicionar todo beneficio al gobierno cubano, sin importar su naturaleza, a la observancia de avances en el camino de la democratización de la sociedad cubana y sus instituciones.
- Aumentar los contactos con actores que son referentes dentro de la sociedad civil cubana, con especial énfasis en aquellos que buscan una real apertura.
- Mostrar mediante gestos concretos la solidaridad con las organizaciones prodemocracia, los sindicatos y periodistas independientes, entre otros.
- Denunciar los excesos represivos cometidos por el régimen en su intento por retrasar el cambio, haciéndole saber que la UE observa y que todo atentado contra las libertades universalmente reconocidas conllevará un costo político.
- Velar porque las ayudas financieras que se orienten hacia la isla beneficien a operadores económicos que cuentan con cierta autonomía, en la búsqueda por potenciar la actividad privada.
- Apoyar de forma decidida con medios materiales y económicos a quienes, dentro de Cuba, en lucha extremadamente desigual y a un costo personal y familiar increíble, luchan pacíficamente por transformar un estado policial en verdadera república.
- No firmar un acuerdo definitivo con el gobierno cubano hasta que se verifique que el régimen comunista está abriendo espacios de libertad que permitan la participación de todos los actores sociales con independencia de las banderas ideológicas o las agendas políticas que defiendan.
Cienfuegos, Cuba, 22 de agosto de 2019
Alejandro Tur Valladares