La defensa y salvaguarda de los derechos humanos en Cuba depende del reconocimiento de la sociedad civil independiente

Carta #15 de Maydolis González Blanco para la UE.

El siguiente texto en #CartasdeCubaParaUE hace un llamado al reconocimiento y representación de la sociedad civil independiente cubana dentro de los diálogos políticos y económicos en el marco del PDCA, principalmente aquellos en materia de derechos humanos. Además, el texto hace énfasis sobre la responsabilidad del Gobierno cubano frente a la criminalización, persecución y represión de los defensores de derechos humanos dentro de la isla.

Maydolis González Blanco es la directora del Instituto Democrático para el Desarrollo en Cuba– DEMOCUBA– una organización de la sociedad civil independiente de Cuba que tiene como misión elevar la calidad de vida a través del desarrollo de proyectos participativos para la transformación social en Cuba. Su objetivo es el de fortalecer líderes y organizaciones de la sociedad civil para promover la democracia, la defensa de los derechos humanos y el desarrollo sostenible.

Acuerdo UE-Cuba: la inversión extranjera

Dentro de los capítulos principales del acuerdo entre la Unión Europea y Cuba, hago hincapié en el diálogo de Derechos Humanos e Inversión Extranjera. Considerando que los objetivos de la UE deben ir encaminados a revisar esos acuerdos, debe existir la posibilidad de establecer un área de libre comercio, cubrir la protección de las inversiones, así como la exigencia, control y regulación en las negociaciones, por parte de los Estados miembros. Debe haber, igualmente, un énfasis en la defensa y salvaguarda de los derechos humanos y el reconocimiento de la sociedad civil independiente.

Estamos abogando por el desarrollo socioeconómico de un país en el que el sector no estatal es uno de los fundamentales, pero no goza de privilegios ni beneficios, se encuentra carente de una infraestructura adecuada para mantener y sostener los negocios; y todo esto propicia la corrupción. Los emprendedores cubanos han mostrado que tienen las competencias necesarias para impulsar el desarrollo socioeconómico del país y es un gestor importante de la transformación social.

El diálogo político debe estar encaminado a poder sentar las bases con el gobierno cubano para el reconocimiento de la sociedad civil independiente y el respeto a los derechos de libre asociación, a la libertad de expresión, a los derechos de los trabajadores del sector no estatal y a la posibilidad de elegir y ser elegido libremente sin imposiciones.

Las instituciones de la Unión Europea y de los Estados miembros podrían cooperar con la sociedad civil cubana, que abiertamente promueve la democratización y el respeto por los derechos humanos exigiéndole al gobierno cubano que exista una representación de estas organizaciones en los diálogos y sobre todo en los diálogos sobre derechos humanos.

El gobierno cubano debe responder por las violaciones a los derechos humanos; dar respuesta a cómo existen casos en Cuba de profesionales que por pertenecer a organizaciones de la sociedad civil o ser simplemente defensores de derechos humanos se hace toda una campaña degenerativa ante la sociedad y son excluidos de cuanto beneficio social existe.

El gobierno cubano debe responder por qué los defensores de derechos humanos en Cuba son tratados como personas que atentan contra la vida y la seguridad del pueblo.

El gobierno cubano debe responder por qué a los defensores de derechos humanos los amenazan, presionan y reprimen utilizando a los familiares y amigos más cercanos.

El gobierno cubano debe responder por tantas cosas que a las que hoy no ha dado respuesta, y miente al decir que en Cuba se respetan los derechos humanos.

El gobierno cubano debe reconocer que existen organizaciones de la sociedad civil que no responden a los intereses del Partido Comunista y que buscan el desarrollo y el bienestar de la sociedad cubana, que les preocupa que hoy los jóvenes cubanos sólo piensan en emigrar y que buscan iniciativas de inclusión social mostrándoles el camino para emprender y que puedan mejorar no sólo su propia economía sino también la de su vecino y cómo juntos poder desarrollar su comunidad y ayudar a otros a emprender; y que, aun así, esas organizaciones son vistas como amenazas para el pueblo cubano.

Las organizaciones de la sociedad civil independiente no tienen la oportunidad de competir por fondos internacionales, por no tener personalidad jurídica en Cuba. Contamos con el apoyo de la Unión Europea y sus Estados miembros para tener espacios de intercambio con la sociedad internacional, donde podamos mostrar el trabajo competente para inversiones de desarrollo socioeconómico y encontrar esas alternativas que hoy estamos necesitando.

Le pedimos a los gobiernos europeos que no han ratificado el acuerdo que no lo hagan hasta que el gobierno cubano no dé respuesta a estas inquietudes de la sociedad civil independiente de Cuba y hasta que los temas de derechos humanos sean abordados con suma transparencia.

Maydolis González Blanco

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